domingo, 10 de mayo de 2009

Un Día Poco Provechoso



Miro debió asistir al dentista esa mañana. Cuando llegó a la sala de clases todo era un caos: Juanjo sacó de su mochila una pelota vieja, la lanzó al asiento de Franco, este la pateó hasta el puesto de Jovita que saltó de su asiento para quitársela y entregársela al gracioso de Pancho que comenzó a malabarear y a poner caras feas, haciendo reír a medio mundo, sin pensar en Agnán, el mateo del curso, con las ganas que tenía de escuchar a la profesora que hablaba cada vez más alto para hacerse oír, pero todos los niños parecían divertidos, cada uno viviendo su circo personal, como si la vida fuera sólo un gran chiste y nadie tuviera un futuro por delante.

Miro quiere prepararse para el futuro, y espera que sus compañeros cambien de actitud porque todos necesitamos aprender: el conocimiento es la gran herramienta que permite a las personas ganarse la vida honradamente y ser un aporte para la sociedad.



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