sábado, 23 de mayo de 2009

El alumno nuevo





Miro está indignado, lo cambiaron de puesto y tiene por compañero a Franco; un alumno nuevo con voz chillona y cara de ardilla que sonríe haciéndose el simpático. Miro preferiría estar solo, para que nadie intentara copiar de su cuaderno la materia atrasada. Franco levanta cada vez más la cabeza para leer la página de Miro, como no lo consigue se apoya ligeramente en el hombro de Miro.

_ ¿Tienes algún problema?_ pregunta Miro.

_ No alcancé a anotar_ responde Franco avergonzado.

Miro hace una morisqueta mientras cubre su cuaderno con el brazo derecho, complicando aún más a Franco, quien ya no parece tan amigable.



Al día siguiente Franco vuelve a clases muy molesto, deja caer su mochila sobre el cuaderno de Miro ,quien reacciona dándole un fuerte puntapié en los tobillos. Franco responde pellizcándole la espalda con disimulo, mientras la profesora escribe en el pizarrón. Las cosas poco a poco comienzan a complicarse: Miro arranca la página del cuaderno de Franco y este le grita imbécil, delante de sus compañeros. Cuando están a punto de golpearse fuertemente, la profesora los manda a conversar con la orientadora quien los invita a reflexionar.






Miro piensa en la rabia y la forma en que se propaga, es casi peor que una enfermedad contagiosa. Imagina un colegio en donde todos los niños pelean entre sí y ya no asisten a clases para aprender, sólo para ofenderse. Piensa en un mundo sin diálogo y lleno de pleitos. Entonces siente miedo. Si eso ocurriera, ya no habría sonrisas para recibir, ni palabras amables para consolarse, todo sería una gran complicación.

Por eso decide reconciliarse con Franco de una vez por todas. Después de todo no parece una ardilla y tiene una sonrisa bien agradable. Entre los dos se pueden ayudar.



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