domingo, 9 de agosto de 2009

El error de Franco







Franco jamás descuidaba su colación, por lo hambriento que era. El hambre realmente lo enloquecía, y lo hacía imaginar jugosos emparedados rellenos con exquisitas preparaciones. Por lo mismo él jamás olvidará aquel martes: cuando tocó el timbre del recreo, vio con asombro como no tenía nada de colación, ni siquiera una miserable moneda. Con tristeza miró a sus compañeros, pero ellos, más interesados en salir a jugar no lo tomaron en cuenta. Fue entonces cuando se le ocurrió una mala idea: decidió tomar prestado del bolso de Miro algo de su rica colación, luego lo devolveré, pensó, Miro es un buen compañero y seguro comprenderá. Lástima que nadie escucha los pensamiento, ni adivina las intenciones de los demás. Cuando Miro volvió del recreo en compañía de Agnán, encontró a Franco comiendo su fruta y tomando su leche. Franco intentó explicarle con la boca llena, pero Miro le gritó en forma impulsiva: ¡ladrón, te comiste mi colación! Franco se sintió tan mal que salió corriendo de la sala, luego corrió al baño a llorar pues se sentía humillado.
Por suerte la profesora habló del tema con el curso y todo se solucionó.
Si Franco hubiera pensado mejor las cosas, habría hablado con Miro antes de tomar su colación sin avisarle. Y si Miro contara hasta 10 antes de hablar, no habría tratado a su compañero de ladrón.
Recuerda: no olvides contar hasta 10 antes de actuar o decirle algo a alguien. No seas impulsivo, eso sólo trae problemas.

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